El silencio es más que la ausencia de sonido,hay silencios ruidosos,hay silencios aplastantes,hay silencios cómplices y hay silencios incómodos.
Vivimos, sin lugar a duda,en una sociedad del ruido,vivimos hiperconectados con el exterior y poco conectados con nuestro interior.Estamos tan acostumbrados al ruido que quedarnos en silencio nos puede generar ansiedad y a vivirlo como algo negativo.El silencio nos incomoda y nos hace sentirnos en soledad,la huida hacia afuera nos aleja de nuestro interior,de aquellos pensamientos y emociones que muchas veces no queremos escuchar.
Lo que no decimos y callamos puede,con el tiempo,provocar un sufrimiento psicológico,muchas personas tienen miedo de decir lo que sienten,o temen lo que los demás dirán si cuentan lo que sienten,o bien, tienen miedo a que los otros se enfaden o sufran por lo que les está pasando,de esta forma se acostumbran a no decir y construyen la creencia de que son autosuficientes porque los demás no les pueden ayudar.
Estos silencios pueden llegar a ser una carga pesada y transformarse en problemas tanto físicos como emocionales,es entonces cuando ya no podemos hacer oídos sordos a lo que está pasando y se produce un despertar de conciencia de sus emociones.
Apaguemos la televisión,cerremos el móvil y sentémonos en silencio a escuchar los sonidos que nos envuelven y a sentir nuestra respiración durante unos pocos minutos cada día,gestos tan sencillos puede ser un buen comienzo para conectar con nosotros mismos.