La ciencia considera que ciertas disciplinas son supersticiones,como la astrología,el espiritismo o el tarot. La superstición suele basarse en tradiciones populares que se transmiten de generación en generación.
Esto quiere decir que,dentro de una comunidad,los ancestros que sostenían que algunas acciones (como contar con un amuleto,o repetir ciertas palabras) favorecían la buena suerte o alejaban lo negativo, y transmitieron dichas creencias a sus descendientes.
Al creer en la superstición, la persona atribuye una relación causal entre acontecimientos a una fuerza sobrenatural.
Un supersticioso puede creer que un gato negro trae mala suerte, y si se cruza con un animal de este tipo en la calle, preferirá retroceder. Nada prueba por supuesto,que los gatos negros tenga capacidad de incidir en el destino o la fortuna.
Por otra parte, si el supersticioso ve un gato negro y luego tropieza, atribuíra la caída a la presencia del felino, por más que haya tropezado porque la vereda estaba rota.
En la actualidad, mucha gente combina creencias religiosas con supersticiones. Esto hace que un hombre católico pueda preferir no abrir un paraguas bajo techo ya que,más allá de su fe cristiana,considera que dicha acción traerá la desgracia.