Siempre decimos que la vida es muy corta. Eso es muy cierto. No sabemos cuando partiremos de este mundo. Hay personas que se marchan muy pronto sin haber conocido cual era el propósito de su vida.
Vivimos bajo una crisis (y no me refiero financiera) sino de identidad que está extendida entre la mayoría.
Muchos son aquellos que llegan al final de sus días y se preguntan:
¿Ha valido la pena?
¿Ha tenido algún sentido estar por aquí?
¿He vivido la vida que deseaba?
¿He dejado alguna huella importante?
Normalmente son preguntas que surgen en nuestro lecho de muerte y que pasamos por alto en nuestra existencia.
Un día escuché decir:
“Nos pasamos la vida dándole importancia a cosas mundanas y cuando nos decidimos abordar temas importantes ya es demasiado tarde”.
A pesar de todo, sí que es cierto que ha crecido el número de personas interesadas por el sentido de la vida.
Muchas de ellas en su yo interno piensan que la vida es algo más que seguir las fases que la sociedad te va dictando hasta el día de tu muerte.
Conoce tu propósito.
La vida nos da muchas oportunidades para ayudar al prójimo todos los días. Dentro de nuestras posibilidades esta la oportunidad de ser generosos, porque si se nos presentan estas experiencias, es seguro que las generamos nosotros para sentirnos bien viviéndolas.
Es importante saber cuándo de verdad puedes ayudar o no. Primero tiene que ser un sentimiento sincero, salirte del corazón, no se ayuda por obligación sino por devoción.
En ese instante tu das lo mejor de ti y no importa si recibes al mismo momento, no necesitas que te den las gracias, tú ya recibes, porque sientes el gozo de tu ser interior vibrando por la alegría de ser.
Lo más increíble que me resulta es que aunque puedas prestar la misma ayuda a la misma persona, o a otras, la sensación siempre es diferente y además se incremente. Es como si te enganchara el ayudar a otras personas. Tienes un subidón pero sin drogas, tu cuerpo genera hormonas de la felicidad y ese torrente de Alegría circula por tu cuerpo, contagiándolo todo a tu alrededor.
Te daré algunos ejemplos maravillosos del propósito en personas muy conocidas:
Jose en la Biblia. Sus hermanos lo vendieron y su padre casi muere de dolor. Su propósito fue bendecir a su pueblo.
Génesis 45:5-8 Ahora pues, no se entristezcan ni les pese el haberme vendido aquí. Pues para preservar vidas me envió Dios delante de ustedes. "Porque en estos dos años ha habido hambre en la tierra y todavía quedan otros cinco años en los cuales no habrá ni siembra ni siega. "Dios me envió delante de ustedes para preservarles un remanente en la tierra, y para guardarlos con vida mediante una gran liberación"Ahora pues, no fueron ustedes los que me enviaron aquí, sino Dios. El me ha puesto por padre de Faraón y señor de toda su casa y gobernador sobre toda la tierra de Egipto.
Madre Teresa de Calcuta entendió su vida "como la tarea de amar a Jesús y transmitir ese amor a todas las personas en torno a ella. A través de ese amor ayudaba a los desfavorecidos.
Mejor conocido como el co-fundador de Microsoft, también co-fundador de la Fundación Bill y Melinda Gates, que es la mayor organización filantrópica en el mundo junto a su esposa.
La Fundación está comprometida con la erradicación de la malaria y la poliomielitis, el control de la propagación de la tuberculosis y el VIH, el saneamiento, el desarrollo de la agricultura y la educación. Ha financiado una serie de organizaciones a saber; Fundación Rotaria; UNICEF; El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria; la Organización Mundial de la Salud, entre otros.
Como habrás podido notar: José no tenia dinero, ni la madre Teresa de Calcuta. Solo amor para dar. No es el caso de Bill Gate. Su propósito es ayudar a quien lo necesite.
No se trata de tener una vida con propósito de acuerdo a tu capacidad económica, sino de tu gran corazón y el amor que estes dispuesto a dar.
Tener un propósito en la vida es lo que te lleva a ser feliz y a evaluarte el día de mañana. ¿Que has hecho? ¿Que has dado? ¿Cual es tu propósito?